Tal fenómeno, – continúa el documento -, plantea importantes desafíos en distintas materias, siendo una de ellas la seguridad pública: Esta se refiere no solo a la población chilena, cuya convivencia y condiciones de vida han cambiado radicalmente a consecuencia de una entrada desordenada e indiscriminada de extranjeros, sino también a la garantía de la integridad física y psíquica de las personas migrantes ante la violencia xenófoba y aporófoba de algunos grupos nacionalistas, y que frente a esta problemática, la actual dotación de funcionarios policiales, tanto de la PDI como de Carabineros de Chile ha demostrado ser insuficiente, tanto en número como en preparación, aconsejándose la creación de una Policía Fronteriza, que constituya un órgano estatal a la altura, profesional y especializado en la gestión de procesos migratorios y de control de fronteras, con las atribuciones necesarias tanto para evitar la inmigración ilegal, como para proteger la dignidad y los Derechos Humanos de las personas migrantes.